El dirigente político mapuche y miembro del Comité del Foro Mundial Indígena responsabilizó al Estado y a los empresarios por las diferencias laborales que sufren los trabajadores con ascendencia indígena, según un estudio del Observatorio Laboral Nacional, problemática que se solucionaría “reconocido los derechos políticos económicos de los pueblos originarios”.

Esta semana el ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, junto a la subsecretaria de Evaluación Social, Heidi Berner, entregaron los principales resultados de la Casen 2015 sobre Pueblos Indígenas, donde se graficó que un 8,3% de las personas en edad de trabajar en Chile declararon pertenecer o descender de algún pueblo indígena, lo que involucra a 1.158.000 personas, entre otras conclusiones.

No obstante, su inserción laboral no es del todo positiva, debido a que los niveles de desempleo son más altos en comparación al resto de la población, con menores tasas de participación y ocupación. Del mismo modo, y según el último estudio del Observatorio Laboral Nacional, dependiente del Servicio Nacional de Capacitación, los trabajadores con ascendencia indígena recibirían en promedio un ingreso mensual líquido 39% más bajo del resto de los trabajadores del país.

Ante esta realidad, en entrevista con CNN Chile el dirigente político mapuche y miembro del Comité del Foro Mundial Indígena, Diego Ancalao, expresó que “es preocupante porque Chile se ubica en el lugar 38 de la escala mundial del Índice de Desarrollo Humano, es decir, acceso a la educación, ingreso y salud. Pero los pueblos originarios, según el Índice de Desarrollo Humano Mapuche que se hizo por la Universidad de la Frontera, se ubica en el lugar 144 en la escala mundial, igualado al nivel de Bangladesh”.

En el mismo sentido, Ancalao agregó que “es absolutamente grave, porque está diciendo que en Chile tenemos dos Chiles, uno que está en el número 38 y otro que está en el lugar 144.  Es grave, porque un mapuche gana $340.000 al mes y alguien no mapuche gana $474.000, hay una diferencia de $130.000, lo que además, refleja que hay un problema de discriminación hacia el mundo indígena y en la distribución de los ingresos, lo que también es una irresponsabilidad de los empresarios que no quieren contratar a la gente indígena, y a los que contratan le pagan un 40% menos sólo por el hecho de ser mapuche”.

Por tales motivos, Diego Ancalao hizo un llamado al Estado y al mundo empresarial para tomar cartas en el asunto, y les reiteró la necesidad de reconocer los derechos. “El problema del Estado con el mundo mapuche es que no ha resuelto el problema de fondo, que el pueblo mapuche no es reconocido en derechos políticos ni económicos. En el caso de La Araucanía, ninguno de los gobiernos ha compensado eso y han querido transformar este problema político en un tema de pobreza. La pobreza es una consecuencia de la negación de derechos políticos y derechos económicos que los pueblos originarios”.

Finalmente, Ancalao resaltó que “todos estos problemas no se resuelven con medidas de invernadero, ni con parches políticos, ni con bonos. La solución es política y va en que haya participación en el poder legislativo, que haya un estatuto que permita regular la participación política en los territorios donde se genere soberanía y que, tal como dice el artículo 20 de la Convención de Derechos Indígenas, que se le devuelva ciertos territorios. Por ejemplo, las forestales tienen 3 millones de hectáreas de plantaciones, mientras que todo el pueblo mapuche, del Bío Bío al sur tienen 900 mil hectáreas, por lo que perfectamente pueden acceder al mundo productivo y se puede dar una oportunidad, pero nosotros los mapuches no tenemos el poder para hacerlo, es una decisión política del Estado”.

 

Send this to a friend