Si en las municipales los candidatos son los mismos de siempre, no tenemos posibilidad de recuperar la confianza de la ciudadanía y se profundizará el desprestigio de la política.

No se trata si excluyen o no a los nuevos partidos de las dos listas de la Nueva Mayoría, por los partidos tradicionales, sino más bien por su opción de privilegiar el viejo criterio de la votación y representación histórica, si así fuera, cerrarían toda posibilidad de crecimiento político de la Nueva Mayoría.

Este crecimiento de la nueva Mayoría se puede alcanzar siempre y cuando se logre un exitoso compromiso con los líderes territoriales con amplio reconocimiento en sus comunidades para que sean candidatos en las próximas elecciones de alcaldes y concejales.

No sería aceptable que los cupos de candidatos se repartan entre los mismos de siempre. Más bien el objetivo político de estos tiempos consiste en asegurar que aquellos grupos que han sido marginados y excluidos de la toma de decisiones tengan acceso al poder local como concejales o alcaldes y, al mismo tiempo, que los dirigentes sociales que nunca han tenido militancia, pero que trabajan todos los días por su gente, tengan la oportunidad negada por más de 25 años de representar a su comuna y a sus organizaciones en la toma de decisiones del municipio.

Para perfeccionar la democracia, es imprescindible buscar la garantía absoluta de que aquellos pertenecientes a los pueblos indígenas en distintas partes de Chile y en diferentes comunas, de una vez por todas, puedan ser candidatos, sin importar su condición social ni el origen étnico, y así representar a su gente. Y, por sobre todo, que sea el fiel reflejo de la defensa y ejecución de las reformas más profundas de esta parte de la historia que ha llevado adelante la Presidenta, Michelle Bachelet; a diferencia de otros, no hemos vacilado a la hora de defender las reformas.

Si estas garantías no se dan en las listas de los partidos tradicionales, se hace una obligación crear una lista que dé estas garantías al país, de lo contrario seríamos cómplices de lo que la ciudadanía ha rechazado, porque no sólo buscamos humanizar la política, también buscamos recuperar el sentido social de la actividad pública. Buscamos representar a la ciudadanía que, hasta ahora, no ha tenido la posibilidad de acceder al poder local.

No sería ético ir en alguna lista (DC-PS o la PR- PC -PPD) que no defienda o represente estas garantías, porque buscamos algo más que “cupitos” para las municipalidades. La ciudadanía está aburrida de la búsqueda del poder por el poder y el poder, para nosotros, debe ser un medio, no un fin. Sólo, en este caso, y en la búsqueda de profundizar la democracia, sería obligación de crear una tercera lista que dé las garantías que la ciudadanía necesita.

No quisiera pensar que La Concertación dentro de la Nueva Mayoría, continúa con las mismas prácticas que les hizo perder el gobierno. Ahora, hay una lista de centro derecha (DC, PS) y una lista Laguista (PR, PPD, PC), no hay una lista ciudadana y progresista, falta  crear una para representar a quienes, nuevamente, podrían quedar excluidos de la política.    

Esta es una reflexión no sólo como dirigente político. Lo hago como ciudadano proveniente de una comuna pospuesta como Purén y como miembro de uno de los grupos humanos históricamente postergados: el pueblo Mapuche… porque conozco la realidad de un Chile excluido como ocurre con La Araucanía.

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