Algunos políticos del siglo pasado dicen que estos no son tiempos en que se les deba contradecir, que se deben aceptar sus propuestas y decisiones políticas como si fuéramos un rebaño inconsciente. Pero mi conciencia me impide someterme a algo que no comparto, tenemos el deber moral a rebelarnos a seguir reglas que vayan en contra de nuestros ideales y principios.

Esta era mi reflexión mientras escuchaba a la presidenta del Partido Socialista de Chile en un comité Político de la Moneda. Ella solicitaba al Ministro del Interior que Aumente el porcentaje de firmas para inscribir partidos Políticos. Que si no se modifica, cualquier movimiento con 40 gatos podrían ser partido, dijo. Que eso sería poco serio para los partidos grandes y con historia.

No podía creer lo que escuchaba, dije, menos mal que el Partido Comunista está con nosotros, de seguro ellos se opondrán, esperé cinco minutos, fueron cinco minutos de mi vida que perdí.

No pude guardar silencio. Porque En Chile la democracia real no existe, lo que existe es la partidocracia, es decir, el acceso a la administración del poder depende de los partidos políticos. En consecuencia, la única forma de perfeccionar la democracia es permitir que las nuevas expresiones sociales que quieren participar en política y que no se sienten representados por los partidos viejos, puedan acceder al poder político mediante sus propios partido que se quieran inscribir.

Para evitar que estas nuevas expresiones políticas se transformen en partidos han acordado legalizar su bloqueo injusto aumentando el número de firmas de un 0,25% a un 0,5% del electorado que sufragó en la última elección y de un parlamentario a cuatro.

Los partidos que han hecho el antidemocrático acuerdo de exclusión son la UDI y RN por la derecha y la DC, PS, PPD y PR por la nueva Mayoría. Paradojamente, estos son los mismos partidos tradicionales que han administrado el país por más de 25 años y son los responsables de la perdida de la credibilidad.

Lo que sorprende es que a la izquierda caviar también le incomode ver a los plebeyos acceder al poder político. En efecto, el verdadero objetivo político que buscan con esta estrategia es que a pesar de que la ciudadanía no los quieren, intentan mantener el poder y para ellos deben eliminar cualquier tipo de competencia que les haga perder el poder por la vía electoral en un plazo cierto.

Los partidos que se llaman grandes así mismos no tienen ningún derecho de impedir el perfeccionamiento de la democracia. Menos aún cuando son estos mismos partidos PPD, DC, UDI, RN y el PS que figuran con personeros con extraños financiamientos de CORPESCA, PENTA o SQM. Los partidos pequeños no somos financiados de forma ilegal como lo han sido quienes hoy nos persiguen como se hizo en dictadura. No les corresponde a ellos poner reglas inmorales con relación a su propio comportamiento.

Si creen que se llaman partidos grandes por el número de parlamentarios, estarían en lo correcto, sin embargo, no es por la gran adhesión Ciudadana a su revolucionario proyecto político, sino, por las grandes sumas de dineros de dudosa procedencia que los empresarios han entregado a los políticos para comprar la política completa. Un político que se entrega por dinero, es la prostitución política y nosotros no podemos permitir que el congreso se transforme en un burdel.

La versión liberal de la democracia que tiene Chile es demasiado imperfecta y no representa a nadie más que a una minoría clasista. Tanto es así que en la última elección presidencial hubo un 58% de abstención, es decir, que ni la mitad de Chile elige a sus propios gobernantes. Voto el 42% y El actual gobierno obtuvo el 62% de esa minoría electoral. De las personas que eligen, ni el 2% participa en la toma de decisiones y de ese 2% solo el 1% toma decisiones pero que benefician a un pequeño grupo económico.

Una democracia no es solo cambio de gobernantes, el nuevo concepto de democracia que buscamos apunta a la perfección total en su dimensión filosófica y practica, es decir, debe permitir la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones. La democracia imperfecta como la chilena es la que ha creado las grandes desigualdades del país.

Es por ello que Nos negamos a aceptar esta democracia, porque no es la que elegimos, es la que nos heredaron y con esa misma fuerza no puedo aceptar la izquierda caviar, porque tampoco es la que elegimos ni la que queremos, no nos puede representar esa izquierda de salón de té que le incomoda que los plebeyos se junten con los indios, entren a la política y accedan al poder, tomen el control del futuro de sus vidas y de sus barrios. Es un deber ciudadano oponerse a estas medidas que apuntan a monopolizar la democracia y la política en manos de los mismos pocos de siempre.

Pero la mayoría de la ciudadanía está demasiado ocupada odiando lo político y lo público como para darse cuenta de lo que sucede, los han concientizado por todos los medios que lo político es malo y que el Estado es malo, entonces, se recluyen en su propio mundo y se alejan de todo. Pero independiente de su reclusión, el poder y el estado siguen existiendo, y con esa actitud dejan, el poder y la administración del estado en manos de los corruptos, en manos de los ineptos, en manos de pocos que privatizan los recursos de todos, es decir, en manos de los mimos grupos que criticamos.

Por lo tanto, la apatía y la resignación también son parte del problema, no de la solución y el seguir quedando al margen es una irresponsabilidad política, no podemos ser irresponsables, ese es nuestro llamado más profundo a la esencia misma de los que es la IC, un partido ciudadano que toma la responsabilidad de defender los derechos de los postergados, sin poder y no escuchados.

Hemos concluido que No podemos seguir quedándonos al margen del poder y deberíamos todos los postergados concluir lo mismo. Porque sí no lo hacemos los únicos que se benefician son los mismos que siempre han estado en el poder y ellos están destruyendo al país. Ellos están destrozando nuestros recursos naturales, nuestros pueblos originarios y la política del bien común.

Los partidos que no quieren que nos inscribamos, no quieren que la ciudadanía sea representada legalmente. Por eso mismo es que debemos acceder al poder ya que si solo criticamos y no accedemos. Seguiremos siendo gobernados por los mismos círculos que lo vienen haciendo hace cientos de años. Y esta infraestructura de desigualdad seguirá fabricando pocos ricos y muchos pobres.

Los que se creen dueños de la política, sepan que venimos de la lucha social y de la lucha por sobrevivir de todo un pueblo que derroto la dictadura y de un pueblo que de hace siglos lo han intentado exterminar. Sepan que esa lucha la Ganaremos por que los oprimidos no pueden ser oprimidos por siempre.

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